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25/03/2011 00:00

Y ¡SIGO SOÑANDO!

¿Real aquel instante?, ¿soñaba?, ¿por qué a mí?, ¿por qué aquel mazazo, cuando acababa de jubilarme? Sintiéndome roto, salí del hospital, las lágrimas me impedían caminar. Me derrumbé en un banco del jardín y allí permanecí desconcertado durante un buen rato, sin entender nada. Un mocoso rompió aquel eterno tormento recordándome a quienes quería y volví a sentirme vivo. Enfrentándome a aquel intruso, que sin esperarlo llegó a mí, juré vencerlo. Ayudé a la morfina escribiendo mi primera novela y al hacerlo me envolví en sueños. En las entrañas de aquella ballena mecánica soportaba estoicamente ilusionado aquellas sesiones ordenando ideas que más tarde pincharía en mi ordenador con una larga varilla. “La Janukiya del Maestro de la Verdad” se imprimió y publicó. Cuando logré vencer a mi enemigo, otro cáncer llegó a mi y seguí escribiendo otros libros -tres mas- y volví a vencerlo y ¡sigo soñando! Hoy se celebra el Día Mundial contra el Cáncer. Para mí que lo he sufrido en cuatro ocasiones, como os he dicho, no me resulta fácil, escribir sobre ellos, porque recordarlos no es tarea grata, pero me siento obligado a hacerlo, más que por mí, por aquellos que viven sintiéndose morir. Y es que amigos míos, vivir un cáncer es duro, muy duro y decir lo contrario es falsear la realidad. Es duro desde el primer instante en que eres consciente de que lo tienes así como los sometimientos a las distintas sesiones y despiadado, en mi caso, cuando sufres los daños producidos al tener que ir aumentando la dosis de morfina para combatir el dolor. Por ello quiero transmitir a aquellos que en estos momentos lo están sufriendo que se predispongan a vencerlo porque es posible, y que al hacerlo no olviden que la actitud positiva que se adopte es fundamental. A quienes se encuentre cerca de quien tenga el cáncer les diré, que nunca será demasiado, el tiempo que se le dedique al que lo sufre, ni el cariño que se le entregue, porque en esos momentos, la inseguridad y el miedo que lo invade –si, mucho miedo, yo lo tuve- lo está envolviendo por completo, aunque él, no lo exprese porque suele adoptar una postura de bienestar fingida, para no hacer sufrir a los demás. ¡Animo ¡...yo lo he superado...tu también puedes. Me ofrezco a quienes teniéndolo, necesiten de mí, aunque solo sea para charlar y compartir vivencias.

Manuel Sánchez Bracho